lunes, 29 de marzo de 2010

católicos abandonan la iglesia

Se estima que entre 1980 y 2000 abandonaron esa Iglesia 28 millones de mexicanos
En dos décadas se acentuó la deserción de la feligresía católica

Ese puede ser el punto de quiebre de la pugna con el Estado mexicano, sostiene historiadora

JUAN CARLOS G. PARTIDA


En 1950, el 98.21 por ciento de las personas mayores de cinco años en México declaró ser católico, mientras que en el año 2000, el 88.73 por ciento dijo profesar este credo, de acuerdo a cifras proporcionadas por el Instituto Nacional de Geografía y Estadística (INEGI). En Guadalajara, por su parte, entre 1980 y 1990, un total de 189 mil 381 personas dejaron de profesar la religión católica, de manera oficial, de acuerdo a la historiadora Laura Campos Jiménez.

“Datos extraoficiales señalan que cerca de 28 millones de mexicanos han desertado de las filas del catolicismo y han optado por otra confesión religiosa o han dejado de ser creyentes. A este respecto, y siendo menos conservador, el propio cardenal Sandoval afirmaba en 1997, que ‘para el año 2000 podría haber 30 por ciento de mexicanos no católicos’”, dice la especialista en su ensayo El cardenal Sandoval, la indiferencia religiosa y el Estado laico en México.

“En este texto planteo, desde mi punto de vista, cuál es el móvil de la jerarquía eclesiástica en su pugna contra el Estado laico mexicano: la desbandada religiosa, el secularismo actual y la pérdida de influencia y poder en la sociedad contemporánea”, agrega.

Campos Jiménez dice que a nivel nacional, la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) ha reconocido que tan sólo 7 de los 89 millones de mexicanos que dicen ser católicos, son practicantes (el 6.7 por ciento de la población), de acuerdo a un reciente estudio del Instituto Mexicano de Doctrina Social.

En el ensayo trata de presentar las razones por las que ha crecido la deserción de fieles católicos. Un fenómeno reconocido desde hace varios años por el propio Sandoval Íñiguez, quien afirma que los jóvenes de estas generaciones “crecen como paganos”, al carecer de formación religiosa.

“Ante tales aseveraciones, resulta discutible el hecho de que el arzobispo de Guadalajara no presente ninguna autocrítica o análisis imparcial en donde ofrezca respuestas claras sobre los orígenes del “indiferentismo religioso” que, como él mismo reconoce, se vive en la actualidad, sin asumir, por otro lado, algún grado de responsabilidad ante tal situación”, dice la historiadora por la Universidad de Guadalajara.

Explica que el “indiferentismo religioso” y “desbandada religiosa” caminan en un mismo sentido. Y luego ejemplifica: En América Latina, de acuerdo a cifras publicadas por la CEM, alrededor de 12 mil personas abandonan cada día las filas de la iglesia católica. De 1970 a 1990, 40 millones de latinoamericanos dejaron de ser católicos.

Dinosaurios, sotanas y matrimonio

La cascada de datos continúa en el trabajo de la especialista, quien afirma que no obstante que la grey católica decrece porcentualmente, es un hecho que la jerarquía católica en México está imposibilitada para atenderla personalmente.

“En primer lugar, porque la mayor parte de la citada feligresía, tiene escaso o ningún interés en acercarse a los clérigos para ser formada en la fe que dice tener. Por otra parte, quienes sí tienen ese interés (el 6.7 por ciento de la población), no alcanzan a ser atendidos dado el insuficiente número de sacerdotes (13 mil 380 en México), cuestión, por otro lado, que no parece tener solución porque las vocaciones sacerdotales no crecen a la par de la supuesta demanda del pueblo católico”.

Un dato revelador es que el promedio de edad de los sacerdotes en activo es de 57.3 años en promedio, lo que agrava sin parar el déficit actual. No se trata entonces sólo de la indiferencia religiosa, sino de la propia imposibilidad de la jerarquía eclesiástica “que sigue viendo, de manera inevitable, el éxodo de fieles a otras alternativas religiosas”.

Campos Jiménez también señala el mito que significa el retiro sexual al que deben someterse los sacerdotes, pues en el país existen “cerca de 2 mil curas católicos casados, y el hecho de que la CEM no sabe que hacer con ellos y con el problema colateral que este hecho representa”.

“Hoy, alrededor de 90 por ciento de las mujeres que abortan y toman la píldora anticonceptiva, son católicas. La escasez de curas, el colapso del sacerdocio en muchos países y los escándalos sexuales suscitados en el interior del clero, han causado desencanto en grandes sectores de la sociedad.

Por la “libertad religiosa”

La historiadora se muestra extrañada que la jerarquía católica mexicana, pese al evidente estado descrito en el anterior contexto, continúe su abierta intervención en política, con la participación por supuesto de los propios políticos.

“Aunque un amplio sector de la sociedad se pronuncie en desacuerdo con esta injerencia y perciba que la actual estrategia episcopal (apoyada en el gobierno federal y en los medios de comunicación que tradicionalmente están a su servicio), sea un continuo y sistemático ataque al Estado laico, con lo cual estaría buscando la forma de recuperar los privilegios que la élite jerárquica disfrutó sin contrapesos hasta la época de la Reforma en el siglo XIX”.

Considera que ante tal panorama, la jerarquía católica enfoca sus cabildeos, negociaciones, alianzas y ex comuniones para lograr que el artículo 24 constitucional sea modificado, en el apartado sobre libertad de creencia y culto para suplirlo por el de libertad religosa.

Ello permitiría introducir la educación católica en las escuelas públicas, subvención estatal para los ministros de culto y para sus actividades litúrgicas; la operación de capellanías militares en las instalaciones castrenses, el control directo de medios de comunicación electrónicos, entre otros pliegos petitorios.

“La jerarquía católica pretende trasladar el culto, la instrucción religiosa y el confesionario, a las escuelas públicas, ante su evidente fracaso en el terreno de la catequesis en nuestro país y la consiguiente desbandada religiosa, como atinadamente lo reconocen el cardenal Sandoval y los obispos mexicanos en su conjunto”, concluye la historiadora.
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jueves, 18 de marzo de 2010

EL ESTRES AFECTA AL CEREBRO

Universidad Autónoma Metropolitana, anfitriona de reunión interdisciplinaria
El estrés, factor de desequilibrio químico que afecta al cerebro

Genera diversas sustancias como la hidrocortisona, lo que ocasiona la baja de defensas y mayor predisposición a la depresión, explican

El constante estado de alerta requiere más energía, dicen
Laura Poy Solano

Periódico La Jornada
Jueves 18 de marzo de 2010, p. 2


Considerado uno de los órganos más complejos del cuerpo humano, el cerebro encierra "muchos secretos" para la ciencia, entre ellos el origen y evolución de las enfermedades neurodegenerativas, como Alzheimer o Parkinson, pero también su capacidad de producir hormonas que influyen en el estado de ánimo y en el sistema inmunológico.

Durante la Semana Mundial del Cerebro, convocada por la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), especialistas de diversas disciplinas alertaron que el estrés ocasionado por inseguridad y violencia que se vive en el país, "puede generar un desbalance neuroquímico que afecte al cerebro frente a condiciones de tensión extrema".

Anabel Jiménez Anguiano, experta en el estudio de la neuroquímica cerebral de la división de Ciencias Biológicas y de la Salud de la UAM-Iztapalapa, afirmó que ante un estado de alerta constante motivado por el temor o la tensión de un posible riesgo se generan diversas sustancias en el cerebro como la hidrocortisona, considerada la hormona del estrés.

Sus efectos son diversos, agregó, pues "se presenta una baja de defensas en el sistema inmunológico, hay más cansancio y mayor predisposición a la depresión, pues el cerebro está en constante alerta, y esto requiere de mucha más energía, lo que afecta la regulación de otras importantes funciones".

El principio del camino

La especialista, indicó: "Estamos en el principio del camino para conocer qué es realmente lo que pasa en el cerebro de un ser humano en formación y cómo evoluciona cuando se llega a ser anciano. Si bien se tienen estudios pormenorizados de muchas de las etapas de su desarrollo, aún no comprendemos totalmente cómo se generan determinadas hormonas en el cerebro, las cuales no sólo actúan en algún otro órgano, si no sobre él mismo".

María del Rosario Tarragó, investigadora del departamento de biología de la reproducción de la UAM-Iztapalapa, señaló que el cerebro no sólo organiza importantes funciones del cuerpo humano, "también produce determinadas hormonas que están ligadas a nuestras emociones y sensaciones de placer, que condicionan muchos de nuestros comportamientos".

La ciencia moderna, destacó, enfrenta importantes retos para conocer "cuáles son los mecanismos que permiten al cerebro resolver los estados de ánimo, pues se ha constatado que quienes sufren depresión tienen un sistema inmunológico más debilitado".

Recordó que desde hace 15 años se celebra en marzo el mes del cerebro y las neurociencias y consideró que "como sociedad aún nos falta comprender que no sabemos todos los secretos de este importante órgano, y que debido al incremento en el promedio de vida, hoy enfrentamos enfermedades neurodegenerativas que antes no teníamos, que son un importante reto para el sector salud".

Tarragó informó que el encuentro, convocado por la UAM-Cuajimalpa, se une a las actividades que se realizan en 60 países como parte de la divulgación científica sobre proyectos, investigaciones y nuevos padecimientos que afectan a un importante sector de la población, ya que aseguró que las enfermedades neurológicas "serán parte del futuro de las nuevas generaciones y debemos tener respuestas".

Por su parte, Jiménez Anguiano enfatizó que entre las principales líneas de investigación sobre el cerebro destaca el estudio de las células troncales. "Antes creíamos que el número de neuronas con las que nacía un ser humano no se incrementaban, pero hoy constatamos que no es así: existe la capacidad de generarlas a lo largo de la vida, pero es un conocimiento que estamos construyendo y puede ser una de las grandes alternativas contra las enfermedades neurodegenerativas."
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lunes, 1 de marzo de 2010

NI estudian , ni trabajan ... victimas del modelo neoliberal

Más de 130 mil jóvenes en Jalisco sin oportunidades para estudiar o trabajar: investigación de UdeG
El modelo económico ha lanzado a millones a la pobreza y cerrado las posibilidades de empleo y educación

GEORGINA GARCÍA SOLÍS



Un país necesita que sus jóvenes se eduquen para tener recursos humanos calificados, y para lograrlo se necesita invertir en la formación académica, de lo contrario se propiciará a mediano plazo un crecimiento pobre, no sano para la economía, señala el economista Enrique Cuevas Foto: FOTO ARTURO CAMPOS CEDILLO De los 868 mil 160 jóvenes jaliscienses de entre 14 y 21 años, el 15 por ciento, es decir, 130 mil 224, ni estudian ni trabajan (nini), de acuerdo a estudios coordinados por Enrique Cuevas Rodríguez, investigador del Departamento de Métodos Cuantitativos de la Universidad de Guadalajara (UdeG).

El fenómeno de los jóvenes ninis, según Alfredo Ricio Chávez, coordinador de la Licenciatura en Sociología de la UdeG, se agudiza a partir de los 15 y 16 años, “cuando justamente se empiezan a restringir las oportunidades en la educación, a partir de ahí se estrecha el cuello de botella de manera escandalosa al grado que entre los 15 y 24 años, siete de cada 10 jóvenes no tiene la oportunidad de ingresar a la educación en el país”.

Los ninis surgen por falta de oportunidades laborales y de educación, pero también por la ausencia de una identidad, la creación de nuevos valores, tal es el caso del consumismo y como consecuencia de familias permisivas que no cumplen su rol socializador. Este fenómeno al alza y de impacto a nivel mundial ha tomado por sorpresa al gobierno mexicano, sin exceptuar a Jalisco.

El sociólogo Alfredo Rico explicó que los Ninis fueron más evidentes a inicios de siglo por dos factores claves: “uno es la globalización económica, que ha traído como consecuencia un sistema económico que ha dejado en la pobreza a la mayoría de la población, sin oportunidades a la mayoría de la gente para poder desarrollarse en el terreno profesional y laboral, y en segundo lugar también como consecuencia de la globalización, pero en la esfera de las entidades, ha provocado que los espacios locales, que antes eran el espacio que marcaba el referente de los sujetos, se haya diluido y se haya perdido esa noción de pertenencia, esa noción de integración a determinadas comunidades locales.

“En ese sentido las generaciones, no sólo los adolecentes de hoy, sino incluso algunas generaciones que ya están en la etapa adulta, han crecido con esa falta de identidad, con esa falta de oportunidades, de tal manera que los jóvenes de hoy no encuentran referentes de ningún tipo, como en su momento fue la ideología, la propia religión, fue el amor incluso, en esas cosas a los jóvenes de hoy no les dicen nada”, planteó.

El economista Enrique Cuevas Rodríguez se enfocó al fenómeno en Jalisco, que atribuyó principalmente a dos factores: a las escasas oportunidades para acceder a la educación media superior y superior, además de la falta de garantías laborales.

Indicó que los ninis se presentan en familias de bajo recursos, pero sobre todo en la clase media “hacia arriba” debido a que “la familia les garantiza un nivel mínimo de sobrevivencia”, y al conformismo de los jóvenes provenientes de estas clases sociales al adaptarse a esta “situación cómoda” en la mayoría de los casos, luego de ser rechazados en su intento de ingresar al bachillerato o a una licenciatura.

En el último dictamen de admisión de la UdeG, hubo espacio para 12 mil 344 aspirantes, mientras que 17 mil 155 jóvenes fueron rechazados, es decir, el 58 por ciento de la demanda.

El problema se agrava en educación superior, pues tres de cada cuatro jóvenes no tienen acceso a este nivel de instrucción, lo que representa una cobertura de apenas 26 por ciento.

“Al no ser admitidos tanto en el bachillerato o en la universidad, los jóvenes no tienen otra alternativa más que estar en su casa, es decir, no buscan empleo porque creen que no lo van a encontrar y cuando lo encuentran son empleos mal pagados.

“Esto repercute fuertemente en la economía de las familias, porque lejos de que se convierta en un apoyo, un joven en edad de trabajar para el sostenimiento del hogar se convierte en una carga económica, haciendo que las condiciones de sobrevivencia de esta familia sean más deplorables”, expuso Cuevas Rodríguez.

Añadió que las empresas en el estado no contratan a jóvenes por su inexperiencia, “al menos eso argumentan”, y cuando son contratados se hace “en condiciones laborales nada favorables para ellos ni para sus familias ni la economía en general”.

“Son contratados en la mayoría de las ocasiones con salarios a nivel del mínimo general para el estado (55.84 pesos en la Zona Metropolitana y de 54.47 pesos en el interior del estado) o bien a veces menos del mínimo se les paga. Los contratos a los que ellos pueden acceder son generalmente contratos no escritos, son contratos de tipo verbal y ni siquiera gozan de las prestaciones mínimas que la ley podría garantizar”, dijo.

El economista remarcó que bajo estas circunstancias “muchos de los jóvenes buscan sencillamente no trabajar, para qué trabajan, si no se les garantiza un empleo ni un ingreso seguro ni prestaciones mínimas que debería tener cualquier trabajador en México, optan por no trabajar y en la mayoría de las ocasiones ni siquiera por estudiar, lo que repercutirá en la economía del estado de Jalisco”.

El problema se genera en el seno familiar

Hija de dos profesionistas, Alejandra se crió al amparo de su sentido común. Actualmente tiene 20 años y es la menor de dos hermanos. Su nacimiento fue el premio a la espera. Sus padres ya no planeaban tener más hijos cuando anunció su llegada. Fue 20 años después de su primogénito.

En sus primeros años de vida acaparó en demasía la atención de sus padres, para quienes más que una hija, fue una nieta. Lo material nunca le faltó, más bien siempre le sobró y al paso de los años cubrió el vacio por la escasa convivencia con sus padres, quienes por sus actividades laborales poco tiempo podían dedicarle, en tanto su hermano partió del seno familiar para emprender sus propios proyectos.

La vida de Alejandra se convirtió en una fantasía. Ante la falta de una guía, se inventó un mundo en lugar de afrontar la realidad. Sus allegados vieron que creció con “la idea de que siempre le daban dinero y que era superior a los demás”.

“En su mundo de fantasía ella cree que todo lo que hace está bien hecho”, dijo una de sus tías.

Su realidad es la falta de una identidad y rumbo. Desde que terminó el bachillerato hace tres años está a la espera de salir en listas en la Licenciatura en Química de la Universidad de Guadalajara. En este tiempo ha trabajado de mesera, vendedora y cajera, en ninguno de los empleos duró porque al primer detalle que no le gustó, abandonó el empleo. Su inestabilidad fue motivo de fricciones entre sus padres, quienes al no coincidir en la solución a su rebeldía, se separaron por unos meses.

“Es irrespetuosa con sus padres, los tiene dominados porque hacen lo que quiere a la larga. No tiene freno y si se lo ponen se revela. Se sale de su casa sin avisar, llega a la hora que quiere. Sus papás no aceptan el problema y por tal de que se componga le hablan a la buena, para sobrellevar la situación y por su miedo de que le pase algo, que se vaya, le consienten todo”, reveló su familiar.

La maestra Claudia Chan, del departamento de psicología básica de la UdeG, refirió que el fenómeno de los Nini también es una consecuencia de familias permisivas y sin límites, independientemente de los factores económicos y empleo en el país.

“Esto se explica también porque esta generación de padres tienden a ser muy protectores con los hijos. Hemos observado en el fenómeno que tardan en emancipar los jóvenes. Vemos que antes a los veintitantos años en promedio un joven se emancipaba, es decir se iba de casa a trabajar e iba formando su propio hogar de procreación, vemos que esta emancipación se ha prolongado al grado que hay jóvenes de 32, 34 años, 40 años que todavía viven en el seno familiar como hijos de familia. Esto es una respuesta obviamente a la sobreprotección de los padres, que en ese ideal de mantener la familia unida no facilitan que los jóvenes se independicen y se emancipen”, expuso la psicóloga.

La especialista agregó que esto se traduce en un fracaso de la función socializadora de la familia, toda vez que su obligación “es hacer competentes a los hijos, autónomos a través del reconocimiento, el amor que se les provee, pero también de las reglas, de los límites, de formarles metas y proyectos para que éstos los persigan, cuando no se da esto vemos que se está fortaleciendo la generación Nini”.

Los Ninis son jóvenes de pocas expectativas o ninguna, lo que los convierte en un grupo en situación de riesgo, “esto quiere decir que si no están estudiando ni trabajando es fácil que se involucren en pandillas, tribus urbanas, cuya característica común es eso que no estudian no trabajan y que sólo se reúnen para fortalecer estos lazos, por lo que se pueden involucrar en situaciones de delincuencia, droga por no estar sosteniendo una actividad productiva para desarrollarse en el ámbito estudio-trabajo”.

El sociólogo, Alfredo Rico Chávez atribuyó lo anterior a que construyen nuevas relaciones e identidades sociales en el terreno del consumo y lo desechable.

“Lo tienes hoy, en algunos meses pasa de moda y ya no tiene sentido. Esas son las características de estas nuevas identidades que se fincan en nuevos valores, no es que no tengan valores, sino que son otros valores más ligados al consumo y a lo desechable”, refirió.

Los riesgos

En comparación con las 32 entidades federativas, “Jalisco no está tan mal”, aseguró el economista, Enrique Cuevas Rodríguez, quien añadió que “hay estados que están en condiciones peores, que sus recursos humanos son más escasos”.

Las entidades de Nuevo León, Distrito Federal, Baja California y Chihuahua, dijo el economista, son los que menos índices de Ninis presentan, y productivamente están por arriba de Jalisco.

Advirtió que en caso de generalizarse este fenómeno en el estado habrá “riesgos de sobrevivencia económica, es decir la gente necesita trabajar para poder vivir. Si estos jóvenes no son educados en la cultura del trabajo en la cultura de la escuela, la educación, evidentemente esto repercute a mediano plazo y largo plazo en la economía”.

Recordó que un país necesita que sus jóvenes se eduquen para tener recursos humanos calificados y para lograrlo también necesita invertir más en su formación académica, pues de lo contrario “vamos a propiciar a mediano plazo un crecimiento pobre, no sano para una economía”.

“Está demostrado que un país industrializado, en gran parte es por sus recursos humanos, por su capital humano, por la inversión que las familias y los gobiernos hacen en la educación. Si las personas no se educan y no se forman esto repercute en una economía porque uno de los factores más importantes de cualquier economía es la educación”, puntualizó.

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